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Lo que la escuela debe enseñar y lo que la educación debe ser.

Helix

¿Qué estamos enseñando?

 

Estamos de acuerdo que necesitamos reevaluar nuestras nociones y evaluaciones sobre lo que debe ser un sistema de educación coherente, ordenado y eficaz.  Lo primordial de un sistema de educación coherente es la enseñanza de cómo ser mejores humanos, cómo formar parte de una sociedad incoherente, desordenada, en donde los principios éticos se pierden en un mundo de competencia, corrupción, intolerancia, envidia, ambición, y ego centrista hasta las ultimas consecuencias manteniendo nuestra personalidad coherente, ordenada, con principios éticos y  una integridad impecable.

 

Debemos aprender a ser mejores seres humanos, a comprendernos a nosotros mismos, comprender nuestros condicionamientos, nuestros pensamientos y nuestra psique relacionada al pasado y al tiempo que es memoria.  Más allá de eso, esta la simple noción de honestidad. Debemos ser austeramente honestos con nosotros mismos; ser impecables en nuestros pensamientos y en nuestras acciones. 

 

Una vez expuestos estos y otros temas en la palestra educativa, acompañando las materias tradicionales, debemos también incorporar un sistema de educación creativo e liberal, en donde el alumno consiga su propio camino a lo largo del sistema de educación tradicional.

 

Debemos incorporar al sistema educativo sistemas modernos como el super aprendizaje (sistemas que se basa en un análisis de las posibilidades del cerebro y los medios para estimularlas), programación neuro-lingüística, etc.  El hilo conductor de la educación debe ser la superación o evolución del individuo, no como individualidad, sino como parte de un colectivo el cual el forma parte y está estrechamente ligado. Así su evolución comprende la evolución del todo, del colectivo. Esta evolución en ultima instancia es llevar al individuo hacia una vida de percepción unitaria. Una conciencia de totalidad y no de individualidad centrada en el ego.

 

Koldovica Mikel Urrutegui

 

 

 

 

Carrasco

Colegio integra a la familia en el aprendizaje

 

El colegio Jesús María desarrolla en su proceso educativo el denominado Efecto Establecimiento con el objetivo de integrar a diversos actores y ámbitos al proceso de aprendizaje del alumno. El director de esa institución, Jorge Scuro, dijo a El Observador que el hecho educativo trasciende la relación docente-alumno. La capacidad de aprendizaje se desarrolla más allá del aula.

El colegio Jesús María realiza una serie de actividades culturales, en las que integra al resto de los liceos de la zona y a la sociedad montevideana. Así, cada 24 de junio realiza un homenaje a Carlos Gardel, los 12 de junio festeja el Día de la Familia y organiza festivales culturales. Para Scuro es fundamental integrar a la familia del alumno a las distintas actividades educativas. Indicó que en la institución busca potenciar los valores que el educando ya tiene a través de su familia.

Scuro indicó que en la educación del alumno participan todos los integrantes del centro: los docentes, el director, los psicólogos, catequistas, porteros y telefonistas.

En el Colegio Jesús María se le da especial importancia a la familia del niño, que participa en diferentes actividades.

Jesús María (El Observador)

Agatas del Uruguay

Una estrategia para el Aprendizaje

  LA ESCUELA QUE HAY QUE FUNDAR

 

Escuela significa lugar de descanso, originalmente.  La escuela es un lugar para aprender a pensar  y para aprender a no pensar cuando pensar no es necesario. Es necesario aprender a actuar sin estar ocupado.

Educación significa ese aprender a no pensar ó aprender a actuar sin estar ocupado.

Además en la escuela se enseña y se aprende  al mismo tiempo cierta información que es necesaria para la supervivencia del individuo, la familia y la sociedad mundial y para la salud y la dignidad  de todos los seres humanos.

La información no viene sólo del conocimiento. En una escuela los padres, los alumnos y los maestros se enseñan mutuamente a vivir en orden y ese orden incluye la puntualidad.

El que no puede vivir en orden sin ser premiado ni obligado a ello no puede participar en una escuela.  En el orden no están necesariamente incluidos el premio y el castigo.

Una buena escuela ofrece enseñanza académica excelente y mucho tiempo para el silencio a solas y en grupos, así como el silencio frente al mar, en el bosque, junto al río, tanto de día como en la noche.

En una buena escuela no hay más de ocho o diez alumnos por cada maestro.  La Percepción Unitaria es el ingreso a la conciencia del cuerpo que está en el espacio, en el cosmos y nada particular puede permanecer acorralado en lo particular cuando comienza la Percepción Unitaria.  En Percepción Unitaria todos somos uno.

El alumno que salga de la escuela entrará a un mundo en creciente degeneración, engaños, sospechas, chismes, corrupción, vulgaridad y brutalidad y debe entenderlo así, sin conformarse ni confundirse con ese mundo.

Por eso, nada menos, el alumno debe dejar la escuela (graduarse) como un ser sin miedo y sin tristeza, un ser sin conflicto alguno, físicamente regenerado, moralmente incorruptible por la ganancia y el éxito y tan sensible que sea incapaz de conformarse a la brutalidad que lo va a rodear fuera de la escuela.

Por eso el intento de vivir en Percepción Unitaria debe ser constante, dentro y fuera de la escuela.  También es de radical importancia ver por qué no existe la paz profunda de la Percepción Unitaria si es que no existe.  Esto debe ser conversado en grupo semanalmente en la escuela.

De una escuela así, emergerán seres humanos buenos y bellos, seres inteligentes y sin problemas, libres y llenos de energía para concentrarla en la transformación individual y social que se necesita con extrema urgencia.  Sin un ser humano en paz no puede haber una sociedad en paz.  Y sin Percepción Unitaria no hay paz mental.

Para ver el orden, la inmensidad y la belleza del cosmos, aquel que ve tiene que estar en paz y llevar una vida ordenada, inmensa y bella.  También hay que ver que el cosmos no fue creado por el pensamiento ni el conocimiento y ambos deben estar ausentes para ver bien el cosmos, la naturaleza y la gente. El orden del cosmos no tiene causa y permanece.  El orden que produce el pensamiento está causado por el conocimiento y pronto termina en desorden. Los participantes de la escuela deben comprender que el conflicto no cesa con el dinero acumulado ni con la fama ó el poder que tanto se buscan.   Los fundadores y participantes de la escuela deben estar absolutamente desinteresados en la corrupta valoración del prestigio, la ganancia y el poder. Ellos no están impacientes por fundar o participar, ellos están apasionados.

Sólo si usted es uno de los pocos seres humanos que está sangrando con la tristeza de la humanidad y ardiendo con esa pasión regenerativa, sin tristeza y sin miedo, entonces, sin impaciencia , usted puede comenzar a catalizar a otros.

Con ellos y amistosamente se unirá usted en la fundación de la escuela que se necesita para que en ella se regeneren totalmente el alumno, el maestro y la familia. Si usted está ardiendo de pasión y simplemente viendo el mundo que hemos hecho, usted se transformará, usted apagará el televisor, fundará la escuela, usted encontrará los maestros excelentes y apasionados y los alumnos vendrán solos con sus padres cuando vean que no tienen otra alternativa. Esto ya ocurrió en Santa Fe (Argentina).

¿Esperará usted que sea otro el que comience la tarea tan urgentemente necesaria?

Una vez que haya encontrado usted a los maestros desinteresados y excelentes, convoque usted a aquellos padres que no tengan severos problemas individuales o familiares, padres que todavía tengan niños sanos, sin problemas físicos, intelectuales ni emocionales.  Si hubiera sólo una familia así completa y sana, con esa sola familia se comenzará.

Sólo así el árbol excelente de la escuela dará frutos excelentes (cultivando la salud, la amistad, la paz, el orden, la austeridad voluntaria y la diligencia). Solo así todos los que participemos en la escuela podremos ir más allá de la mediocridad y de los talentos personales y percibir la inefable inmensidad de la conciencia del cosmos, que es nuestra conciencia.

 

RUBÉN FELDMAN GONZÁLEZ

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EL MODELO EDUCATIVO DE LOS AZTECAS

La educación en los Aztecas tenía como propósito fundamental, formar la personalidad del individuo, lo cual se expresaba en lengua náhuatl como "in ixtli, in yollotl", "alcanzar el rostro y el corazón". Si bien les enseñaban un oficio, también les infundían el amor por él. En toda actividad se les inculcaba un gran sentido de la familia y del grupo humano.

La característica fundamental en la educación de los Aztecas fue que era activa e integral.

Los dos principios fundamentales que guiaron la educación en los Aztecas, desde el hogar hasta la escuela eran: el del autocontrol por medio de una serie de privaciones a que debía acostumbrarse el niño y el conocimiento de sí mismo y de lo que debe llegar a ser, inculcado a base de repetidas exhortaciones paternas y de los maestros.

Una segunda etapa en el proceso de educación se abría con la entrada del niño a los centros educativos. La educación especializada más importante se llevaba a cabo en el Tepochcalli (si se quería ser guerrero) o en el Calmecac si iban a dedicarse a las ciencias.

Fundamentos:

Un aspecto fundamental en la educación de los Aztecas era que todo el aprendizaje tenía una finalidad o razón de ser más trascendente que lo terrenal. El aprendizaje emergía de las creencias de procurar su salvación, o enfrentar con tolerancia su vida cotidiana o que el futuro no los sorprendiera con desgracias. El pensamiento Mágico-religioso estaba presente en todas sus actividades políticas, sociales, morales, religiosas y en su vida cotidiana. La fe estaba cargada de fuerza de voluntad para alcanzar lo que se pretendía. La fe fue una de las grandes fuerzas que tuvieron los Aztecas para expresar en la fantasía sus anhelos de amor o destrucción, de ubicarse en el cosmos, y su esmero por trascender a la muerte. En pocas palabras, la razón de ser del aprendizaje tenia su esencia en algo más profundo y significativo que lo material y esto es lo que se transmitía a los alumnos.

Bajo este concepto, los padres y maestros Aztecas partían de la base, de que para formar la personalidad, era fundamental que el alumno tuviera seguridad y certidumbre.

Por ello, a través del cariño y la protección obtenían que el niño adquiriera seguridad. Y por medio del pensamiento claro de sus padres y maestros, de ideas precisas y de comprobar que cuando las ponía en practica eran verdaderas y funcionaban, los niños adquirían la certidumbre.

Para lograr lo anterior, sabían que el primer requisito era enseñar conceptos precisos y claros.

Por otro lado sabían que si primero no sembraban en los hijos y alumnos la seguridad del afecto, los padres y maestros no serían escuchados, ni atendidos cuando emplearan la palabra para educarlos. El cariño con el que la mayoría de los padres y maestros daban sus consejos, era garantía para ser obedecidos.

Otro aspecto imdispensable que los Aztecas tenían claro, para garantizar el éxito era: la congruencia. Los padres y maestros tenían muy claro que debían ser modelos del alumno, para que este aprendiera a través de la imitación. Para estimular el deseo de imitación, los padres y maestros hacían las tareas o quehaceres con gusto para que los alumnos experimentaran cierto goce en ellos.

Otra característica importante de su método educativo era que los padres y maestros tenían la paciencia para dejar al aprendiz recorrer todo el camino para su entendimiento.

Proceso y metodologías didácticas:

El método de enseñanza de los Aztecas se basaba en el consejo, en el convencimiento y la persuasión.

El aprendizaje daba inicio por la vía del consejo del padre o maestro (Técnica expositiva) el cual era altamente efectivo ya que los Aztecas consideraban que si la expresión física, la palabra y el pensamiento no tenían congruencia, entonces no se hablaba con la verdad. Por tal motivo, cuidaban en forma exagerada las palabras, la pronunciación, la prosodia, la emoción correcta en cada palabra, la suavidad o fuerza necesaria según fuera el significado y el caso. También se cuidaban mucho los mensajes no verbales. Por último, y no menos importante, les ayudaba mucho en esta técnica didáctica que la misma lengua era musical.

Todo el conocimiento de los Aztecas se encuentra en los códices. Los códices son manuscritos pictóricos, dibujados en tiras de piel de venado o sobre la corteza del árbol ámatl. En los códices todo el conocimiento es representado por medio de imágenes, símbolos y jeroglíficos.

Viendo las imágenes y oyendo a los maestros, los educandos Aztecas recogían audio-visualmente el contenido cultural, religioso, científico y literario que debían aprender.

Otro método muy utilizado por los Aztecas era el canto y la música. Se reforzaba y profundizaba cada concepto aprendido por medio de versos y cantos.

A través de Códices, versos y cantos se les comunicaba a los alumnos el pensamiento filosófico, la historia, los sistemas cronológico-astronómicos, cálculos matemáticos, etc.

Los métodos citados en párrafos anteriores eran esencialmente mnemotécnico: el mensaje se repetía una y otra vez para reforzarlo y quedara mejor registrado en la memoria.

Las escuelas, en el tiempo de los Aztecas no eran recintos cerrados, sino que muchas de las actividades se desarrollaban al aire libre, conforme al siguiente método didáctico: Observación, experimentación, descubrimiento y creación.

Tomando como base los conceptos aprendidos con los métodos didácticos citados en los párrafos anteriores , al niño y al Joven se les enseñaba a observar y de esta manera llegar a conocer su medio ambiente; se le enseñaba asimismo, para experimentar con los conocimientos adquiridos y penetrar en la naturaleza de los fenómenos que acontecían a su alrededor, todo lo cual les proporcionaba la posibilidad de poder descubrir los secretos de la naturaleza a fin de descubrir la verdad y entonces poseer los aspectos necesarios para crear nuevos elementos que lo condujeran al perfeccionamiento total.

Por último, las dramatizaciones tenían un gran poder entre los Aztecas, como medio de enseñanza. Utilizaban los simulacros de guerra como medio de aprendizaje y diversas presentaciones teatrales tenían la función de dar a conocer la historia.

Por otro lado, en todo el proceso educativo utilizando actos y penitencias disciplinadas, se forjaba el aspecto dinámico de la personalidad el "corazón" y el "querer humano" capaz de conocerse y controlarse a si mismo.

Los padres y maestros trabajando en conjunto castigaban cualquier transgresión a la norma, así como premiaban los aciertos. Producto del gran amor profesado por padres y maestros, podían manejar como una de las fuentes más importantes de premio-castigo la aceptación o rechazo.

Sobre todo los alumnos dedicados a las ciencias en el Calmecac pasaban por severas disciplinas para domar su orgullo y tener la grandeza de los humildes. Mediante penitencia se modelaba el propio corazón. En el Calmecac se hacían suaves y fuertes como el viento; impenetrables como la noche y transparentes como el día; sabios y sencillos.

Recuperar el papel del ser humano como actor principal del proceso educativo. Rescatar los valores para darle un significado más trascendental al aprendizaje. Utilizar metodologías didácticas congruentes con los contenidos de aprendizaje. Llamar al hombre al verdadero puesto que le corresponde en la naturaleza y el papel que cumple dentro de la creación. Contar con verdaderos maestros que entiendan su papel dentro del proceso de formación del individuo integral, son algunas de las cosas que podríamos aprender del sistema de educación de los Aztecas.

 

Escuela Independiente

 

En las escuelas que conocemos ya no hay educación, sino mera información, en el mejor de los casos.

En California los niños van a la escuela armados con pistola y son más frecuentes los suicidios y asesinatos entre los llamados "condiscípulos".

Lo que se hace en la escuela independiente "La Cecilia"  (en Argentina) es quitar el énfasis en lo aprendido y ponerlo en ir aprendiendo, en aprender a aprender.  Quitar el énfasis en las buenas respuestas y ponerlo en las buenas preguntas, preguntas que hacen aún los niños de cuatro, cinco y seis años de edad. Se enfatiza el hecho (no la idea) de que los seres humanos son uno con toda la humanidad y se quita el énfasis en el nacionalismo divisorio, separatista, y en la religión de ritos y mitos para enfatizar la  unión necesaria de todos los seres humanos; la conciencia planetaria.

Se evitan los premios y castigos y  se enfatiza la sensibilidad y la responsabilidad de cada individuo.

Se enfatiza una dieta racional, la necesidad de ejercicio y el contacto olvidado con la naturaleza.

El énfasis en la competitividad y el éxito personal se transforma en el énfasis en la cooperación y la excelencia individual, que es hacer bien (no mejor) cada cosa que se hace.

Las clases en áulas son necesarias, así como lo son los grupos abiertos en la huerta orgánica y en el contacto con los animales, que son también amados y respetados.

Se utiliza la tecnología educativa, pero no se olvida el valor de la cooperación entre padres, alumnos, maestros y aún los vecinos de la escuela.

Si bien existe disciplina y algunas reglas básicas en las escuelas no se estimula la sumisión que paraliza la inteligencia y la capacidad de enfrentar nuevos problemas.

Se apoya la inteligencia con flexibilidad, afecto, silencio, aprecio por las opiniones divergentes y las alternativas a las soluciones conocidas.

Se favorece la consideración amigable de unos por otros y las decisiones por consenso, en equipo.

La enseñanza masiva de veinte ó más alumnos por clase pasa a ser una enseñanza de diez alumnos por clase, como máximo.  Además, el descanso es tan importante como el trabajo, y el vivo silencio tan importante como la palabra razonada.

 

Rubén F. Gonzalez