Ballenas y tortugas en la postal de la costa atlántica
Un experto español está
en Uruguay para ayudar a un proyecto de gestión ambiental y de investigación marina
La fiebre de la ballena franca se
instaló para quedarse en la costa atlántica uruguaya. La costumbre de mirar al mar para ver a los cetáceos enormes se está
poniendo de moda. La Organización de Conservación de Cetáceos (OCC) tiene parte de la culpa.
La OCC realiza trabajo voluntario
de las costas de Maldonado y Rocha, basado en tres aspectos fundamentales: investigación, educación y gestión ambiental.
En cuanto a la investigación, queda
prácticamente todo por hacer. La OCC se conectó con un experto español, que está en Uruguay desde hace una semana.
Se trata de José María Brotons,
biólogo e investigador español, que está en Uruguay desde hace una semana, para apoyar y dar asesoramiento técnico a la OCC.
Brotons trabaja como experto en
Mallorca, para la Dirección Nacional de Pesca del Gobierno balear. Su tarea tiene dos aspectos: promover un proyecto de investigación
y asesorar en un proyecto de gestión.
No se sabe cuántas ballenas llegan
a la costa atlántica uruguaya para su reproducción, no se sabe si las que vienen cada año son las mismas o no, no se sabe
a ciencia cierta cuánto tiempo se quedan.
En principio no parece tan difícil
averiguarlo, pero los estudios son costosos.
Una de las tareas a cumplir es la
fotoidentificación. Para eso hay que salir en avión y fotografiar a las ballenas. Resulta que cada una recibe ciertos parásitos
en su cabeza, en una conformación única, que la transforma en su seña de identidad. Las fotografías, entonces, pueden determinar,
tomadas en cada temporada, si las ballena son las mismas o no.
También es importante saber qué
zona abarcan las ballenas. Se sabe que hay ballenas cerca de la costa, pero no se sabe si todas están cerca de la costa o
si la superficie que abarcan llega hasta más lejos.
Son relevamientos pacientes, que
requieren varias horas de vuelo diarias, además de los estudios que se realicen con los datos, y todo eso es costoso. Por
esa razón, Brotons ayuda a la OCC a realizar un proyecto que será presentado a las autoridades, que deberán financiarlo.
TORTUGAS. La costa atlántica uruguaya
tiene un atractivo adicional: la presencia de tortugas verdes, chelonias mydas, una de las especies en peligro crítico de
extinción.
Su longitud es de aproximadamente
un metro y pesan unos 180 kilos. Suelen habitar aguas más calidas, pero algunas emigran al sur, y es por eso que se pueden
ver en las costas del balneario Santa Teresa.
Las tortugas verdes pueden permanecer
durante largo tiempo fuera del agua, debido a que tienen pulmones. En el mar llegan a superar los 30 kilómetros por hora de
velocidad. En Santa Teresa se las puede apreciar en grupos de cuatro o cinco.
Para muchos en las costas del departamento
de Rocha, la visita de las tortugas verdes es bienvenida. En Punta del Diablo y en La Coronilla ya hay mates y camisetas que
explotan la imagen de las tortugas.
La ONG Karumbe organiza un encuentro
en Santa Teresa, en abril de 2003, con la participación de especialistas argentinos y brasileños, para dialogar con los interesados
uruguayos y conocer más sobre los usos y costumbres de esta especie, tan escasa y amenazada en el mundo.
Alejandro Fallabrino, miembro de
Karumbé, explica que hay mucho por hacer en materia de educación e investigación, y también de gestión: No hay dudas de que
el atractivo de las tortugas puede ayudar al desarrollo turístico de la zona, anota.
Ahora las tortugas están resguardadas
por las autoridades del Parque Nacional de Santa Teresa, a cargo del Servicio de Parques del Ejército. |