La Muerte.
Entre otros temas permanentes por los que nos inquietamos está
el de la muerte.
La muerte es lo desconocido, y ustedes tienen ideas acerca de ella. Evitan mirar la muerte, o la racionalizan
diciendo que es inevitable, o tienen una creencia que les brinda consuelo, esperanza. Pero sólo una mente madura, una mente
sin temor, sin ilusión, sin esta estúpida búsqueda de expresión y continuidad personal, puede observar y descubrir qué es
la muerte, porque sabe cómo vivir en el presente.
Por
favor sigan esto. Vivir en el presente significa vivir sin desesperación, porque uno no anhela el pasado ni espera nada del
futuro. Por lo tanto, la mente dice: "El hoy es suficiente para mí.". No evita el pasado ni rehúsa mirar el futuro, sino que
ha comprendido la totalidad de la conciencia, la cual no es sólo lo individual, sino también lo colectivo; por consiguiente,
no hay un "yo" separado de los demás. Al comprender su propia totalidad, la mente ha comprendido tanto lo particular como
lo universal. En consecuencia, ha desechado la ambición, el snobismo, el prestigio social; todo eso ha desaparecido en su
totalidad, de una mente que vive por completo en el presente y, por ende, vive muriendo en cada minuto del día para todo lo
que ha conocido. Entonces, si han llegado hasta aquí, descubrirán que la muerte y la vida son una sola cosa.
Uno
está viviendo por completo en el presente, totalmente atento, sin preferencias, sin esfuerzo; la mente está siempre vacía,
y desde ese vacío uno mira, observa, comprende y, en consecuencia, vive y muere.
Lo
que tiene continuidad jamás puede ser creativo. Sólo lo que se termina puede conocer lo que es crear. Cuando la vida es también
muerte, hay amor, hay verdad, hay creación; porque la muerte es lo desconocido, tal como son la verdad y la creación.
Yo
digo que siempre habrá miedo a la muerte a menos que uno conozca qué es la muerte ahora, aun cuando no esté sufriendo, enfermo
o involucrado en un accidente. Lo que importa es experimentar de manera directa, por uno mismo, el final de todo cuanto uno
ha conocido, de modo que su mente se encuentre con lo desconocido. No es muy difícil, sólo la explicación es difícil.
Si
uno realmente observa y se da cuenta de cómo opera su mente, sabrá que en su deseo de continuar, la mente es como un disco
que se repite interminablemente. Sólo la mente silenciosa, libre del pasado, puede conocer lo nuevo, lo eterno, lo intemporal.
Pero una mente semejante no se interesa en el más allá. Hay libertad respecto de la muerte sólo cuando uno conoce la muerte
en el ahora. Si no se halla identificado con nada, si muere a ello en pleno vigor, con plena comprensión, con una vitalidad
que tiene su propia recompensa, encontrará que ya no hay miedo. Entonces, la mente ya se encuentra en ese estado en que lo
desconocido es.
La
que conocerá lo eterno no es la mente virtuosa, respetable - porque la virtud cultivada no es virtud- sino la mente que ha
alcanzado el estado de inocencia, porque es libre, porque ya no se halla atada al pasado. Para esa mente, ya no existe el
miedo.
Uno
tiene que vivir cada día muriendo, porque entonces está uno en verdadero contacto con la vida. En el morir del "yo" a cada
instante, hay eternidad.
Tenemos
miedo de perder todo lo que hemos reunido, ganado, miedo de no ser, miedo a lo desconocido.
Para
mí, la creencia no es importante, ya que la creencia en una idea, en una teoría, por reconfortante y satisfactoria que sea,
no nos da la comprensión acerca del pleno significado de la muerte. Por cierto, la muerte es algo totalmente desconocido,
completamente nuevo. Por ansiosamente que podamos investigarla, sigue siendo siempre algo que no conozco. Todo cuanto ustedes
y yo conocemos es el pasado y la continuidad del pasado, a través del presente, hacia el futuro. La memoria identificada con
mi casa, mi familia, mi nombre, mis adquisiciones, virtudes, luchas, experiencias.. todo eso es el "yo" y queremos que el
"yo" continúe. O si estamos cansados del "yo" decimos: "La muerte pone fin a todo esto", lo cual tampoco resuelve el problema.
En
vez de preguntar qué ocurre después de la muerte, ¿no podemos descubrir la verdad acerca de lo que la muerte es? ¿Por qué
separamos la vida y la muerte? Lo hacemos porque pensamos que la vida es un proceso de continuidad, de acumulación, y que
la muerte es la terminación, la aniquilación de todo eso que hemos acumulado.
J.
Krishnamurti